La actividad de vacunación antirrábica, fue un espacio para que los niños reflexionaran y aprendieran cosas nuevas frente a sus compromisos como miembros de una familia y dueños de una mascota.
Esta jornada, logro todos los objetivos propuestos y los vacunadores se fueron muy felices, pues manifestaron que era la única escuela donde los niños se habían comprometido tanto con esta labor.
Finalmente, fue un espacio para compartir y recrearse, donde cada uno asumió su responsabilidad.
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